El espacio J. González

La verdad siempre había tenido una imagen negativa de nuestro seguro social, debido a encuentros del tercer mundo con ellos en diferentes circunstancias con familiares, sin embargo jamás lo había vivido de cerca, pero he aquí la historia: El miércoles comencé repentinamente con un dolor en la espalda un poco incomodo, que para el día jueves era más intenso pero nada que no se pudiera soportar y que un paracetamol no pudira agudizar, pero ya entrando la madrugada del viernes, madres!! que me muevo y se escucho un chasguido acompañado de un lamento profundo y lleno de dolor!, por lo que me vi obligado a trasladarme al seguro social, acompañado de mi esposa, en el camino mi señora no vio una trinchera en el asfalto y nuevamente auyee como perro!!, pero que se le hacía, el nerviosismo era inminente y la ceguez creo que también!!.